
Salir con la cámara para pasar unas horas o el día entero haciendo fotos es un plan que disfrutamos mucho. Pero, nos pasa que al llegar el momento preciso para lograr un gran imagen, descubrimos que la batería se ha descargado o que la memoria está llena, entre muchas otras cosas que pueden estropearnos la foto ideal. Con nuestros amigos de Zona 5 vamos a compartirte esas cosas importantes y algunos tips que debemos tener en cuenta antes de cada salida, para que cuando estemos en el lugar, no perdamos el momento porque algo se nos ha olvidado.
El lugar

¿Iremos a un lugar conocido o vamos por primera vez? Si ya hemos visitado el lugar, seguramente sabemos qué vistas hay, qué luz tendremos y qué imágenes queremos lograr. Lo bueno de recurrir a un sitio es aplicar diferentes técnicas, buscar nuevos ángulos, experimentar con la luz y la cámara para obtener, cada vez, diferentes fotos.
Pero si el sitio es desconocido, puede que encontremos diferentes retos. Para ir preparados debemos investigar el lugar: clima, sitios de interés, referencias en instagram o google. Sobre todo, indagar qué puede ser interesante.
Influye si vamos a estar al aire libre, en un lugar cerrado o ambos, por ejemplo, si vamos a un pueblo donde hay lugares poco iluminados para visitar, como iglesias y lugares abiertos con mucha luz como las plazas o las calles. También hay que tener en cuenta si estaremos de día o de noche y el tipo de fotografía que queremos hacer: retratos, arquitectura, paisaje, documental… Las variables son muchas pero vamos a suponer que haremos de todo un poco.
Una vez en el lugar, tómate el tiempo suficiente para recorrerlo antes de sacar la cámara, analiza qué te resulta interesante, qué puede funcionar cuando la luz del sol baje o cuando esté más iluminado. Qué situaciones vas a tener ¿habrá un carnaval? ¿el mercado del pueblo ya abrió? ¿te parece interesante lo que hace cierta persona? Una vez tengas un panorama general, saca la cámara.
El equipo

En este punto vamos a hablar en general, suponiendo que no estás especializado en algún estilo de fotografía «arquitectura, paisaje, retratos, por ejemplo» y lo que haremos será una salida a un pueblo donde haremos fotos del lugar, los paisajes y su gente.
Cámara: vale la que tengas, si es DSRL, mejor.
Lentes: generalmente el lente de kit con el que vienen las cámaras está diseñado para hacer de todo un poco, pero si quieres tener mayor calidad un lente todoterreno «zoom 24mm-70mm» es perfecto, con él podrás hacer desde tomas de paisajes o arquitectura hasta retratos. Adicional, un 35mm o un 50mm serían perfectos para retratos, detalles y, en general, para fotografiar a las personas interactuando con su entorno. Si la arquitectura y el paisaje te interesan bastante, con un lente gran angular «entre 12mm y 24mm» te irá de maravilla.

Filtros y accesorios: uno de los mayores retos de la fotografía en campo es controlar la luz ambiente. Los cambios constantes del sol hacen que debas adaptarte todo el tiempo. Tres grandes aliados para mejorar las tomas sin tener que cerrar demasiado el diafragma o aumentar mucho el tiempo de obturación son:
Filtro ND «Densidad Neutra»: este filtro reduce el paso de luz en situaciones de alta luminosidad «generalmente las horas cercanas al mediodía», como unas gafas de sol, para que no tengas que cerrar demasiado el diafragma y/o usar un tiempo de obturación muy rápido. Existen ND con pasos fijos: 2, 4, 8 «los números indican los pasos de luz que reducen» y están los filtros ND variables, los cuales, girándolos pueden reducir entre 2 y 400 pasos de luz.
Filtro polarizador: aunque reduce ligeramente el paso de luz, su función principal es ayudar a controlar el contraste, reduciendo las zonas brillantes «luces altas» y acentuando las zonas de sombra. Generalmente se usa para dar mayor contraste al cielo, cuando está muy blanco y para eliminar brillos en superficies con mucho reflejo como el agua.
Parasol: se pone en el lente y su forma cónica evita la aparición de flares o luces fantasma cuando el sol impacta directamente sobre el lente. También ayuda a proteger el lente de golpes.

Baterías y tarjetas: como regla de oro, nunca salgas sin tus baterías cargadas «vale la pena tener más de una» y con tu memoria formateada para tener todo el espacio disponible. Es recomendable contar con al menos dos tarjetas de memoria. 16 Gb en adelante, va perfecto.
Tip: si vas a un lugar frío, es recomendable llevar las baterías en el bolsillo de tu camisa o bolsillo interno de tu chaqueta, el calor evita que se descarguen más rápido a causa del frío.
Trípode: ¿llevarlo o no llevarlo? aquí hay un gran dilema, ya que en este tipo de salidas queremos ir ligeros, pero ¿si llegamos a la hora dorada con un paisaje espectacular y debemos empezar a bajar el tiempo de obturación? Si estamos seguros de que no tendremos que hacer largas exposiciones o que estaremos solo durante el día, podemos prescindir del trípode. Pero si sientes que no puedes salir sin él, hazle espacio y llévalo.
Tip: es bueno tener en el celular una lista de todo tu equipo para asegurarte de que nada falta tanto antes de salir de casa, como antes de devolverte.
La mochila

Sin duda, una de las cosas importantes en una salida de fotos, no solo porque debes llevar tu equipo de forma segura sino porque también vas a caminar bastante y necesitas estar cómod@.
Dicho esto, la mochila debe cumplir con 4 aspectos esenciales:
Compartimentos para tu equipo: es ideal que cuente con cajones acolchados semirrígidos y, ojalá, modulares para que puedas adaptar el espacio según el equipo que vayas a llevar. También es clave que cuente con un sistema de sujeción para el trípode.
Accesos rápidos: fundamental que puedas acceder a tu equipo de forma fácil, rápida y segura. Las mochilas con sistema de apertura total desde la espalda y cierres adicionales te facilitan el proceso de cambiar lentes, filtros y sacar y guardar la cámara.
Impermeabilidad: preferiblemente los materiales deben ser resistentes a la lluvia y muy resistentes a la abrasión para mantener tu equipo protegido.
Tip: aunque hoy en día la mayoría de cámaras viene muy bien selladas, para mayor protección contra la lluvia puedes hacerle un «vestido» con una bolsa ziploc: consigue una a la medida del cuerpo de tu cámara y hazle un hueco en la mitad del tamaño del lente. Ten en cuenta que no es una solución para sumergir la cámara, solo para protegerla de la lluvia mientras haces una foto.
Comodidad: no menos importante, es que la mochila cuente con espaldar y tirantas acolchadas, además de canales para que el aire fluya y disipe el calor al contacto con la espalda. Ten presente que vas a llevar peso durante varias horas.
Adicionalmente, si tu viaje va a ser de varios días es ideal que la mochila tenga espacio suficiente para llevar algo de ropa o, por ejemplo, si vas a clima frío, que puedas guardar una buena chaqueta.
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Si por el contrario tu salida va a ser de unas pocas horas y vas solo con tu cámara y un lente, te conviene ir más discret@ con un bolso pequeño donde te quepa apenas lo esencial con un bolsillo de acceso rápido para sacar y guardar fácilmente la cámara.